Condenada por hacer creer a su marido que tuvo a sus dos hijas por fecundación artificial

Un Juzgado de San Sebastián ordena indemnizar con 117.000 euros al ex marido por el grave daño moral que le han ocasionado por ser víctima de “síndrome de alienación parental”. Ahora, el padre ha perdido todo contacto con quienes eran hijas suyas.

En 1975, el marido, demandante a la vez en el proceso judicial, y su entonces novia contrajeron matrimonio. La pareja decidió tener descendencia, pero después de varios años sin resultados positivos, se sometió en 1984 a una serie de pruebas en un hospital. Los facultativos concluyeron que el varón era estéril debido a una enfermedad que padeció en su infancia.

Ante esta situación, los esposos plantearon la posibilidad de que la mujer se sometiera a una inseminación artificial de donante anónimo como «solución factible para tener hijos», se indica en la sentencia. La sentencia precisa que fue la mujer quien expresó al marido que la intervención se llevaría a cabo en una clínica en la que ella trabajaba y que ni siquiera hacía falta que le acompañara. En este sentido, añadió que solicitaría ayuda a algunos de los médicos del centro y que éstos se lo harían «en términos de favor, como amiga y colaboradora» que era de ellos.

El esposo aceptó y «en su fuero interno» pensó que su mujer acudía a un centro médico para la fertilización. «Y así lo creyó en todo el tiempo que vivió con su esposa y sus hijas hasta el año 2006» en que se separaron.

Sin embargo, nada se desarrolló según lo convenido. La resolución judicial relata que la mujer, «de forma totalmente unilateral», acudió a quien hoy es su actual pareja y le propuso abiertamente tener un hijo con él sin necesidad de recurrir a la inseminación artificial, y sí mediante la utilización del método natural, es decir con repetidas relaciones sexuales.

La sentencia señala que todo este proceso se desarrolló a espaldas del marido, «que desconocía totalmente la situación y creía que su esposa realizaba una inseminación artificial… ».

Nacimientos

Fruto de las relaciones de la mujer con su donante, en agosto de 1989 nació la primera de las hijas. Tras el alumbramiento, el círculo familiar más cercano fue informado de que la pequeña había sido concebida por reproducción asistida.

«El engaño», afirma el juez, volvió a repetirse al cabo de unos años. La esposa reiteró al marido que iba a someterse a otro proceso de fecundación en el centro sanitario. Pero en vez de ello mantuvo relaciones sexuales con su actual pareja. En agosto de 1991 nació la segunda de las niñas. Al igual que en el caso anterior, a la familia se le hizo saber que la concepción había sido por fecundación artificial.

Fue al poco de separarse cuando supo que durante 17 años había sido engañado. Y fue el padre biológico de las niñas quien le informó de los hechos durante una entrevista que ambos mantuvieron.

Deja un comentario