Después de la ruptura, maltrato
Hay abuso de uno de los padres sobre los niños para torcer sentimientos
“Los intentos de cualquier progenitor para impedir, obstaculizar o destruir los vínculos de los hijos con el otro padre, tienen graves consecuencias para los hijos. Es una forma grave de maltrato y de abuso infantil”, explica el psicólogo Julio Bronchal, autor del estudio “Atentados en contra del vínculo de los hijos con el padre no custodio: el síndrome de alienación parental”. En un caso típico la instrumentalización de los menores suele seguir el siguiente esquema: el progenitor que ostenta la custodia de los hijos, normalmente la madre, abusa de su posición e influencia sobre los niños para torcer sus sentimientos hacia el otro padre, destruir, sabotear y dificultar las normales y necesarias relaciones con el otro progenitor.
Los hijos del divorcio
05-31-2009 | EFE-REPORTAJES
Para un niño la separación de sus padres puede ser peor que si sufriera su desaparición física
Carrusel “Pídeselo a tu padre que tiene más dinero que yo, por eso que te compre él las botas de fútbol”. “Si el juzgado no puede proteger a mis hijos de su padre, lo haré yo. Aunque no ha abusado de ellos, es cuestión de tiempo. Los chicos están peleados con él. Si no quieren verle, no les voy a obligar: son ya mayores…”. Cuando una pareja se rompe, sin que una de las partes lo desee, cada uno de sus miembros puede llegar a sacar lo peor de sí mismo hasta el punto de manipular a los hijos en contra del otro, recurriendo a argumentos hirientes como las anteriores. Es el Síndrome de Alienación Parental (SAP), un problema más extendido de lo que podría parecer, ya que en Estados Unidos afecta al 80 por ciento de las parejas que se separan sin mutuo acuerdo y en España podría afectar a veinte mil niños cada año. Hay casos de padres separados a los que sus hijos no quieren ni ver, les odian, y llegan a decir que han muerto para ellos. También hay pequeños que en la consulta del psicólogo dan razones sin fundamento para justificar su aversión a uno de sus progenitores. Detrás de estas situaciones suele subyacer el SAP. “Manipular a los hijos en contra del otro padre es una grave disfunción familiar, que es más probable en los casos de divorcio conflictivo”, explica a EFE-Reportajes, el psicólogo Julio Bronchal Cambra, investigador del maltrato infantil y los conflictos familiares, y asesor de la Asociación para el Bienestar Familiar del Menor, con sede en Barcelona, España. Según este experto, “para un niño las secuelas del Síndrome de Alienación Parental, son peores que si sufriera la desaparición física de un padre, debido a un accidente o enfermedad, porque en ese caso aún puede conservarlo en su mente o recuerdos como un modelo o referente, mientras que la destrucción maliciosa del vínculo con el otro padre, elimina ese modelo del todo y altera gravemente el desarrollo armónico de la personalidad infantil”. «He tratado el caso de una niña de cinco años que decía que su madre le obligaba a comer y además se metía en su intimidad. Esas no son palabras de un niño, sino de un adulto», explica el psicólogo forense y escritor José Manuel Aguilar Cuenca.
¿QUÉ HACER ANTE LA MANUPULACIÓN?
Este psicólogo recomienda al padre víctima o alienado que tome una serie de medidas básicas, si se halla ante un caso de SAP:
1. “Debe tomar conciencia de que el responsable del rechazo no es su propio hijo, sino que éste ha sido sometido a un lavado de cerebro similar al que practican algunas sectas”.
2. “Debe volverse invulnerable o refractario a las expresiones de rechazo infantil, sin hacerles caso, ya que no son libres ni espontáneas, evitando que lo destruyan emocionalmente”.
3. “Ha de dar al niño pruebas de realidad: demostrarle que es un padre amoroso y dedicado a él, llevándole consigo y compartiendo tiempo con él, incluso aún en contra de su voluntad, pero siempre bajo amparo judicial”.
4. “No hay que temer asumir posiciones de fuerza, porque incluso el pequeño las esté esperando, si ayudan a sacar al pequeño del conflicto, del cual no puede irse por si mismo”.
5. “Hay que tener presente que igual que el niño no decide si va al médico, al colegio o la ropa que compra en invierno, tampoco puede decidir las pautas de la relación entre padres e hijo, ya que no tienen conciencia ni capacidad de tomar decisiones”.
6. “Debe denunciar de inmediato las primeros intentos de manipulación o manifestaciones iniciales de rechazo, como maltrato psicológico al menor, sin esperar a que sean abiertos”.
7. “No cejar jamás de luchar por el propio hijo, sin abandonar ni claudicar, asumiendo que la lucha puede ser prolongada”.
8. “Aunque no se lo vea físicamente, incluso en las peores circunstancias, hay que mantenerse presente ante el niño, bien con regalos, cartas o llamadas telefónicas: son mensajes de amor que le indican que se está siempre con él y se lo quiere”.