Respuesta: no sabe (nos remite a la Memoria de la Fiscalía donde no se dice nada al respecto). O sea, todas las leyes vigentes en España de protección al menor prohíben que el niño sea manipulado, pero no podemos saber cuántos niños son manipulados “oficialmente” por un progenitor para que odien al otro.
¿Cuántos niños en España no han sido entregados a su papá o mamá no custodios el 1 de julio de 2009 para sus visitas de periodo de vacaciones? ¿Algún grupo parlamentario va a preguntarlo al Ministro de Justicia?
La manipulación mental o control mental se produce cuando un individuo o grupo de individuos ejerce una tentativa de toma de control del espíritu o del comportamiento de una persona o de un grupo, utilizando técnicas de persuasión o de sugestión mental, en busca de eliminar las capacidades críticas o de autocrítica de la persona, esto es, su capacidad de juzgar o de rehusar informaciones u ordenes.
Se refiere a un amplio rango de tácticas psicológicas capaces de subvertir el control de un individuo sobre su propio pensamiento, comportamiento, emociones o decisiones. Los métodos por los cuales puede obtenerse tal control (sea directa o sutilmente) son el foco de estudio entre psicólogos, neurocientíficos y sociológos. Por otra parte, la cuestión del control mental se discute en relación a la religión, política, prisioneros de guerra, totalitarismo, operaciones encubiertas, manipulación neurocelular, cultos, terrorismo y tortura.
Ciertas formas de manipulación podrían ser altruistas, pero la noción de manipulación mental tiene, por lo general, una connotación negativa que evoca a los manipuladores de comportamiento egoista o malintencionado. Formas extremas de manipulación serían, por ejemplo, el lavado de cerebro o aquellas conducentes al suicidio o comportamientos colectivos de tipo totalitario y genocida.
El término manipulador puede abarcar una categoría de desorden psíquico, susceptible de afectar a individuos de todos los orígenes sociales. El manipulador puede aparecer como simpático o no, incluso como una víctima. Parece que cada uno es más o menos manipulador en el curso de su vida.
De acuerdo a estas definiciones, se pueden distinguir diferentes tipos de manipuladores: aquellos que utilizan a otros sin remordimientos, con un objetivo narcisista de poder, de estafa comercial o con mala intención. Pueden apoyarse en la mentira o en la seducción, incluso en la coacción por la amenaza o la fuerza, o incluso desestabilizando a su víctima por la doble coacción. La manipulación psíquica puede ser una de las herramientas de ciertas formas de tortura.
Puede tratarse de un comportamiento entendido como desviado o perverso, de un desorden de la personalidad, cuyas causas se remontan a la infancia o a la educación del manipulador, por ejemplo, si él mismo ha sido manipulado por sus padres o educadores. Los psicólogos se ven frecuentemente confrontados a comportamientos manipuladores en los sistemas familiares o socio-profesionales.
La manipulación mental podría ser una forma particular de egoismo. A menudo, el manipulador demande de los demás un comportamiento socialmente aceptable, sin adecuarse ellos mismos. Se apropia de las ideas de otro, intentando inversamente hacer tomar por otro sus propias responsabilidades. Los argumentos de un manipulador parecen siempre, a primera vista, lógicos y morales. Habitualmente, utiliza pretextos tales como que la norma, el « buen comportamiento » que se debe tener en la sociedad o el grupo, sabiendo utilizar los puntos débiles de los otros, haciendo por ejemplo que se sientan ridículos, culpables o heridos en su pudor, lo cual los ubica o mantiene en una situación mental favorable a la manipulación.
La manipulación mental se apoya de manera recurrente en diversos registros:
el registro emocional ; el miedo, la angustia, la vergüenza, el pudor, la timidez, la esperanza, la necesidad de reconocimiento y de justicia, la confianza, el lazo familiar, la amistad, la necesidad de amor, el deseo, la conciencia profesional… son sentimientos que pueden ser explotados por el manipulador;
la explotación del sesgo cognitivo por informaciones falsas, las simplificaciones o jerga retórica y los sofismos o las órdenes paradojales;
presiones físicas o psíquicas, repetidas o continuas, individuales o en una dinámica de grupo que el manipulador busca controlar;
el mantenimiento de roles de tipo chivo expiatorio, donde un grupo se convierte en «perseguidor» de una víctima que el manipulador mantiene aislada con el apoyo más o menos inconsciente o consciente del grupo;
el registro de la dominación que se desarrolla en el miedo y los principios de « recompensa », « castigo » y de sumisión.
Una mala autoestima, el sentimiento de culpa o de inferioridad vuelven a los individuos en mucho más vulnerables a la manipulación, así como otros factores o contextos tales como:
la depresión, que puede ella misma resultar de la manipulación mental;
un schock traumático y las situaciones de pérdida de referencias (pérdida de padres, muerte de uno o varios próximos, ruptura, divorcio, pérdida del empleo, exilio, atentado, violación, prisión, situación de guerra, enfermedad, acusaciones graves e injustas, incitaciones a la violencia, etc.);
un trauma reprimido que haya tenido lugar en la infancia (teoría Freudiana / Jungiana) ;
una esquizofrenia o esquizoidea del individuo;
ciertas sustancias químicas, drogas, medicamentos o toxinas, incluyendo el alcohol, que atenúan la lucidez y parecen poder volver a los individuos más vulnerables a la manipulación mental, al menos provisoriamente;
la edad: los niños y los jóvenes son reputadamente más influenciables y, por tanto, potencialmente manipulables, pero las personas mayores (especialmente las dependientes) también pueden ser sensibles a los argumentos fundamentados en el miedo, la dependencia, la muerte, etc.
Contrariamente a una idea expandida, un buen nivel de estudios y una buena situación social no protegen de ciertas formas de manipulación.
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Estoy totalmente a favor de la igual de derechos entre hombres y mujeres, del castigo muy severo a los maltratadores, pero por favor que los hombres tengamos la misma igualdad cuando nuestras ex-parejas nos impiden relacionarnos con nuestros descendientes y nos acosan cuando estamos con ellos para incitar al menor a revelarse contra el padre. Simplemente igualdad......para todos.
Estoy de acuerdo con el comentario anterior, pero al contrario, yo soy madre y gracias a un maltractador de menores. al cual la justicia se lo consiente y esos abogados/as imprensentables que se venden a cualquier precio he perdido a mi hija, tiene el cerebro totalmente destrozado por el odio y rencor que un padre, siente hacia una madre. Aparte de lo que conlleva la situación y es que se han separado a tres hermanos, que tampoco se hablan y estan perdiendo el contacto. Y que hace el padre.................darle igual si no ve a sus otros dos hijos, aún teniendo un régimen de visitas. Gran Director Mèdico de un prestigioso Hospital de España. Ole, Ole i Ole