Dos psiquiatras hablan claro sobre SAP
“Un progenitor que a su hijo le hace odiar al otro progenitor, que lo maltrata sicológica, abusiva y sistemáticamente, no ama a su hijo, es un maltratador aborrecible, que debe ser sancionado social y penalmente al igual que un pedófilo” (Dr. Jorge Sánchez, médico psiquiatra, Universidad de París, Francia).
El psiquiatra Dr. Sergio Zamora Delgado publica el libro «El secuestro de mi hija» abordando el SAP desde el punto de vista médico: el SAP es maltrato psíquico a los hijos.
El psiquiatra Sergio Zamora Delgado publica un texto que denuncia una realidad que ocurre en muchos casos, tras los quiebres matrimoniales cuando existen hijos de por medio.
«Heme aquí denunciando el maltrato
El terrorismo afectivo
El acoso moral insensible
Excluida de mis consejos y caricias
Sin hermanos, abuelos y primos paternos
Estrecha la mirada, ajena a mis penas
Los demonios a su gusto la peinan
La sombra cubre sus cuadernos
Una pequeña luz celeste
A lo lejos me sostiene.»
Fragmento de «El secuestro de mi hija»
El libro «El secuestro de mi hija» relata en primera persona la experiencia de un padre que luego de la separación de su mujer, es impedido sistemáticamente de ver y sostener una relación con su hija cuya tuición queda en manos de la madre, pese a ser un progenitor afectuoso, normal y responsable con el pago de la pensión legal. Pero eso no es todo. Además de no poder reunirse con su pequeña hija, la madre «programa» a la niña para que se forme una imagen distorsionada y perversa respecto de su padre.
El fenómeno narrado como ficción en la primera parte del texto, luego es abordado médicamente como un complejo conductual de profundos resortes psicológicos asociados al llamado y poco conocido en Chile, «Síndrome de Alienación Parental» (SAP).
El autor del libro, el médico psiquiatra Sergio Zamora Delgado, lleva 25 años de ejercicio clínico de la profesión, actualmente es director médico del Centro de Salud Mental Integrado y de
El relato que usted presenta se ofrece frecuentemente en la realidad, pero, en general, los chilenos no saben en qué consiste el Síndrome de Alienación Parental.
«El libro sintetiza la historia de muchos pacientes que yo he atendido en la clínica, y trata de explicar todas las experiencias y desventuras que viven aquellos padres que, una vez que se separan, y las madres se quedan con el hijo o los hijos, por una u otra razón, aunque el padre es una buena persona, amorosa, participativa de la crianza, responsable; ellas hacen todo lo posible para que los hijos no los vean. Y, de este modo, de manera sutil y maliciosa, comienzan a programar la mente de los hijos contra el padre. Así empieza a producirse el Síndrome de Alienación Parental. Es decir, ese conjunto de recursos que ocupa esta madre, gatillados por el odio, la venganza, la destrucción, para que los hijos no vean a su padre y, al mismo tiempo, construyan una imagen paterna asociada a la maldad. Si esta situación persiste en el tiempo, los hijos terminan por no querer reunirse con el padre, lo rechazan, lo insultan.»
El SAP fue descrito por primera vez en 1985 por un psiquiatra infanto-juvenil (R.A. Gardner)…
«En efecto. Y la gran mayoría de los padres que sufren esto son hombres (90 %). En la literatura que logré acopiar me percaté que en todo el mundo los padres deben enfrentar las mismas trabas que existen al respecto en la justicia chilena. La burocracia, la lentitud. Los informes que entrega la madre en los tribunales escritos por psicólogos, muchas veces contienen una historia falsa, porque el profesional sólo se basa en la historia que narra una parte. Y como, en estos casos, la madre quiere denigrar al padre, crea hechos que no son reales. Los tribunales, a veces, autorizan que el padre excluido tenga visitas, pero la madre, en medio de una sensación de omnipotencia, no hace caso a los mandatos jurídicos o busca todos los recursos para soslayar las visitas.»
¿Por qué el SAP todavía no se emplea como fundamento jurídico de peso?
«Ocurre que el SAP todavía no es acogido como una entidad única por
¿Cuál es el rol de la figura paterna para un hijo?
«El padre es fundamental en la creación del vínculo afectivo desde que el hijo o la hija nace. La participación del padre en todo el proceso de educación, de compartir las tareas de la crianza, los aspectos lúdicos, ser parte de su desarrollo escolar activamente. Al respecto, paulatinamente y a nivel cultural, el hombre debe ser capaz de desarrollar su parte femenina (androginia), y eso es absolutamente posible.»
¿Con el SAP qué ocurre con el entorno paterno y qué pasa con el niño?
«Toda la familia del padre queda excluida. Esto provoca una destrucción de la propia identidad del hijo al punto que empieza a identificarse de tal modo con la madre que, convencido, dice que el padre «nos abandonó», y ya no quiere verlo, lo rechaza. El niño puede llegar a trastornos depresivos, decaer en su rendimiento escolar, sufrir de insomnio y dolores de cabeza; o convertirse en un hijo con problemas de conducta, agresivo. En general se provoca un cambio en el niño que se expresa a través de su conducta. En este contexto, la visita del padre excluido puede significar para el hijo un conflicto de lealtad y miedo.»
¿A qué edad los hijos sufren peores consecuencias?
«La situación es mucho más dañina cuando el hijo está en edad escolar porque esa es una etapa muy vulnerable. El hijo no tiene todavía la capacidad de pensar por sí mismo, a diferencia del adolescente, que ya tiene una superior conciencia de la realidad, pese a que no está inmune al fenómeno.»
Pero en Chile pasa que innumerables padres son efectivamente agresores o francamente irresponsables a la hora de enfrentar los deberes de su paternidad…
«Por supuesto. Si estamos frente a un padre abusador, la madre con justa razón está defendiendo al hijo, evitando el contacto. Pero esta situación no tiene nada que ver con el SAP.»
¿Por qué el Síndrome es desencadenado más por las madres?
«Por la sencilla razón de que, en general, ella es la que se queda con los hijos luego de una separación. Existe un 10 % nada más de padres hombres que tienen la custodia del hijo. Yo tengo un caso en que la madre está sufriendo la exclusión de una hija de 10 años, porque el padre ha hecho todo lo posible para diseñar una imagen mala e irreal de la madre a los ojos de la niña.»
¿El SAP es un fenómeno dominante en las madres?
«Naturalmente no cualquier madre excluye a sus hijos del padre. Estamos hablando de una mujer que tiene algún trastorno mental. No es una madre sana, independientemente de los cabos no resueltos con su ex pareja. Con frecuencia tienen trastornos narcisistas, se sienten con un poder absoluto y construyen un sentimiento altamente destructivo en sus hijos hacia el padre. Aquí observamos un odio irrefrenable en un marco de omnipotencia. Tampoco existe una capacidad de sentir el daño que provoca. Otras personalidades asociadas al SAP, son las denominadas «limítrofes», personas muy inestables e impulsivas. Otras son las personalidades paranoides, que construyen todo un discurso soportado sobre un imaginario daño del padre contra el hijo.»
¿Los famosos Tribunales de Familia consideran al SAP a la hora de bascular sus decisiones?
«Muchos abogados no tienen idea lo que es el SAP, y tampoco muchos jueces de Tribunales de Familia. Además, los Tribunales están siempre atochados de gente, donde es muy difícil analizar adecuadamente caso por caso. Las audiencias tienen una frecuencia de largos meses entre una y otra. Asimismo, los Tribunales se fundan sobre todo en los informes, los artículos, entonces, hay testigos que a veces son muy convincentes, pero simplemente están mintiendo. Esto vuelve la institucionalidad muy vulnerable. Pueden pasar años antes de atender el maltrato psicológico del niño. En general, la lentitud de los procesos corre contra los intentos del padre por ver a su hijo y perjudica al niño».
¿Qué pasa con el padre que no ve a su hijo producto del SAP y la engorrosa tramitación jurídica?
«En el padre que no ve a su hijo se va creando una sensación de impotencia que genera mucha angustia, y muchos de ellos «tiran la toalla» y dejan en manos del futuro una eventual corrección de los acontecimientos. Pero cuando vuelve el hijo, ya adolescente, el distanciamiento puede ser tan grave que el padre se reduce a una suerte de «cajero automático», sin ningún lazo afectivo. Otras veces jamás se produce el reencuentro. Muchos padres caen en estados depresivos y han llegado hasta el suicidio. Yo recomiendo seguir luchando, con paciencia, con convicción, sin desesperarse, sujetos por el amor profundo hacia los hijos.»
Andrés Figueroa Cornejo
Diciembre 26 de 2008